Cuando cumplimos los 65 años llega el momento de la jubilación, ya parece que no podemos trabajar a pesar de sentirnos en plenitud para poder seguir realizando nuestro trabajo, y además sabiendo que ya no vamos a poder volver hacerlo, esto puede hacernos sentir menos útiles con la consiguiente pérdida de autoestima, ya que a todos nos gusta sentirnos útiles, valorados y aceptados.

También pueden aparecer ciertas enfermedades o dolores que nos impiden realizar cosas que antes nos gustaban.

La marcha de los hijos del hogar, es otro factor que también está más presente con estas edades, o la pérdida de seres queridos.

Por todo ello, las personas mayores se sienten más vulnerables, incomprendidos , y solos, de tal forma que a veces tienden al aislamiento o recurren a la queja continua, con todo lo que ello conlleva tanto para la persona como para las personas de su entorno.

Es importante poder contar en la edad adulta avanzada con un buen apoyo social y familiar que les acompañen en esta nueva etapa de la vida, y si fuera necesario, es importante saber que se puede contar con ayuda profesional psicológica con una gran experiencia en este sector, donde podremos orientar tanto a los familiares como al paciente de una forma adecuada para mejorar la calidad de vida por ambas partes. Sin duda es una edad donde podemos disfrutar mucho de la vida.