5 años atrás · adminbp · Comentarios desactivados en ¡Quiero una mascota!
¡Quiero una mascota!
Cuando tomamos la decisión de tener una mascota en casa antes hay que tener en cuenta los pros y los contras de tenerla, además, esta decisión es importante que sea consensuada por todos los miembros de la familia, ya que toda la familia se verá afectada. Una mascota nos proporcionará beneficios tanto a nivel físico como emocional o social.
Los profesionales de la salud, entre ellos los psicólogos, utilizamos terapias con animales en diversas áreas, por ejemplo en niños con diversos trastornos emocionales, niños con déficit de atención e hiperactividad, personas mayores para mejorar su autoestima o potenciar su capacidad de relaciones sociales, etc. Si bien es verdad que no curan, si son un medio importante para lograr objetivos propuestos en la terapia, obteniendo con los animales beneficios increíbles en dichas terapias, ya que existe una gran interacción entre las personas y los animales. Las personas somos capaces de generar fuertes vínculos con los animales y estos a su vez interaccionan positivamente con los humanos
Un animal no solamente nos dará cariño incondicional, tampoco nos juzgará, ni nos va a discriminar por nuestra forma de actuar o aspecto físico.
¿Qué nos puede aportar nuestra mascota?
Sin duda, hay bastantes beneficios que nos pueden aportar. Vamos a detallar algunos de ellos:
- Disminuyen el sentimiento de soledad.
Las mascotas nos hacen compañía, sentimos que no estamos solos en casa, llegando a reducir sentimientos de tristeza en muchas personas.
- Son capaces de provocarnos risa. Nuestras mascotas son capaces de hacernos reír, ello lleva asociado todos los beneficios implícitos en la risa.
- Fomenta la responsabilidad y mejora el contacto social.
Tener una mascota implica tener cuidados básicos y necesarios con la misma. Necesitan limpieza, prestarles atención, asistencia veterinaria, etc. En el caso del perro, el hecho de necesitar paseos diarios favorecerá nuestro estado físico, emocional y nos puede aportar contacto social.
- Ayudan a reducir el estrés, ya que tienen efecto relajante.
El acariciar un perro, un gato, o cualquiera que sea nuestra mascota, nos provoca un efecto relajante, ayudándonos a rebajar cortisol, la hormona conocida como “hormona del estrés”
- Nos ayudan a combatir síntomas depresivos.
Las personas deprimidas no quieren relacionarse, sin embargo con un animal que tiene necesidades es posible que la persona aunque sienta que no quiere hacer nada se movilice por la mascota y sea capaz de establecer un vínculo con la mascota, lo cual ayudará a su recuperación.
- Ayudan al aumento de sentimientos positivos
Las mascotas tienen la capacidad de provocarnos pensamientos positivos y sanos.
- Aportan calidez, cariño, amor incondicional y mejora nuestra capacidad empática.
- Mejora la salud cardíaca y colabora en la disminución de las enfermedades respiratorias.
¿Y los niños?
La gran mayoría de los niños quieren tener una mascota. Los niños también se beneficiaran de los mismos beneficios que los adultos, pero desarrollamos alguno más.
- La mascota puede colaborar en su aprendizaje
Cuando los niños han de practicar ciertos aprendizajes, como por ejemplo leer, les puede ser más fácil practicar con su mascota, es decir, leer a la mascota, ya que de esta manera se sienten a su ritmo, permitiéndose equivocaciones y repeticiones sin sentirse tan presionados como con un adulto.
- Mejora su autoestima
Los niños sienten que ya tienen quien les quiere y no les juzga y eso les hace sentirse más seguros y les genera más confianza en sí mismos.
- Aumentan su capacidad de control
Los niños con mascotas desarrollan mayor control de sus impulsos.
- Fomenta las relaciones sociales, la responsabilidad y la empatía.
Generalmente los niños con mascotas son capaces de desarrollar empatía con más facilidad. De hecho cuando su mascota no actúa de forma normal son capaces de nombrar bastantes opciones que les puede pasar y esto lo pueden aplicar a las relaciones humanas.
- Fuente inagotable de estímulos.
La mascota es el compañero de juegos, nunca un juguete, incansable e inagotable, el niño sentirá ganas de jugar.
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